Disney presenta unos números de escándalo

Me encanta Disney, sin duda una de las empresas más fuertes
del mundo. Lo cierto es que, Disney, responde a las principales preguntas que
Warren Buffet hace cuando piensa si debe o no invertir en una compañía:

1ª.- ¿Entiendo cómo gana dinero la empresa? Si,
entiendo qué hace Disney para ganar dinero, y no es un negocio fácil, en
absoluto. Se dedica a hacer entretenimiento, en modo de cine, videojuegos, y
atracciones. Insisto, negocios todos ellos complicados. Eso sí, lo hace de
fábula. Fórmulas de éxito millonarias, con fuertes inversiones, aderezadas de
una marca fortísima, reconocidísima, y que nos recuerda la parte más tierna de
nuestra vida.  

2ª.- ¿Confío en los gestores de la empresa? Hasta el
momento no me han dado ningún motivo para que no lo haga. Sus películas
funcionan, y las adquisiciones que han realizado en los últimos años, como la
compra de Lucasfilms, me encantan. Sin duda, sacarán muchísimo resultado a Star
Wars. Estoy deseando ir al cine esta Navidad a ver el episodio 7.

3º.- ¿Creo que seguirá existiendo dentro de 100 años?
Esta pregunta siempre es complicada, pero debo decir que sí, creo que seguirá
funcionando siempre y cuando sigan siendo capaces de llegar a los niños como lo
han hecho siempre. Si eso funciona, Disney existirá. Es el mercado infantil el
que sustenta todo lo demás, y lo trabajan como nadie.

En el primer trimestre del ejercicio fiscal 2015, las cifras
presentadas por Walt Disney han sido, simplemente espectaculares, con un beneficio
de 4.290 millones de dólares, un 14% más que el mismo ejercicio del año
anterior. Insisto, unas cifras magníficas.

¿Qué ha sucedido? Estos resultados son el fruto de varios
factores:

1º.- Los mercados tradicionales de Disney, EEUU y Europa se
están recuperando, y las ventas han crecido en estos mercados.

2º.- En mercados emergentes, sigue teniendo un fortísimo
tirón, y siguen vendiendo a buen ritmo.

3º.- La última película de «Los Vengadores» ha
sido un exitazo enorme, y los resultados obtenidos han sido mayúsculos. Sólo en
su estreno en EEUU, en el primer fin de semana, recaudó 188 millones de
dólares, así que, lo mejor está aún por llegar cuando lleguen los resultados de
esta película a nivel mundial.

Si bien estas cifras no han sorprendido a los mercados, ni a
inversores, no han dejado de dar una fantástica noticia a sus accionistas,
demostrando que, al menos este ejercicio Disney es una empresa por la que
apostar. Personalmente, es una empresa que me encanta, y lo está haciendo
fenomenal. Lo mejor de todo es que aún queda mucho ejercicio por delante, y sus
resultados pueden ser extraordinarios. ¿Qué pasará en Navidad con el esperado
estreno de Star Wars Episodio VII? Nadie lo sabe a ciencia cierta, aunque, de
lo que estoy seguro es de que va a arrasar. Bien por Disney. 

BBVA frente a GoogleBank

Si
hay un banco que me guste en estos momentos, ese es, sin duda, BBVA. Hace ya
mucho tiempo que dejé atrás mis años de banca en los que, además, tuve la suerte de
trabajar en el que era entonces, el banco más grande del mundo, y sin duda, una
grandísima escuela en la que aprendí muchísimo, Citi. De hecho, todavía hoy,
sigo aplicando muchas cosas que aprendí en mi época en banca, sin lugar a dudas, una de
las más enriquecedoras y entretenidas de mi vida profesional. Me encantan los
bancos, qué le voy a hacer, hay personas que les gusta la pintura o la
jardinería, a mi me gustan los bancos.
¿Por
qué me gusta BBVA? Estamos hablando de un banco en el que el «Show
Banking» no es algo que lleve mucho, y por ello, pasan algo más
desapercibidos, pero, lo están haciendo fenomenal. Han pasado por la
crisis más fuerte que recuerda España en décadas de una manera sobresaliente,
yo diría que, han sacado matrícula de honor. Las inversiones que han
realizado fuera de España, por regla general, se han realizado con cabeza y con
criterio de negocio, y es un banco que se dedica a su negocio, la banca, como
se ha entendido siempre. Pero, además, hay otra cosa que me encanta de BBVA, y
es, su visión a largo plazo, algo muy poco frecuente, sobre todo, entre los
grandes bancos internacionales, aunque parezca paradójico.

El
último cambio propuesto por su Consejo de Administración, a propuesta de su
Presidente, Francisco González, ha sido cambiar el Consejero Delegado. El ya
ex-CEO de BBVA ha hecho un trabajo excelente desde que fuera nombrado, cuando
salió el Sr. Goirigolzarri, quien ahora ocupa la Presidencia de otro grande,
Bankia, al que aún le falta para ponerse a la altura de BBVA, aunque, habiendo
pasado ya lo peor para los herederos de Caja Madrid, entre otros, seguro que se
centran en su crecimiento internacional. ¿Por qué se cambia a un CEO que lo
está haciendo bien? Porque el banco tiene que hacer frente a la que se viene
encima, y esto, puede ser en cualquier momento. Ya le pasó al sector de los medios
de comunicación y el resultado ha sido, en muchos casos, devastador, la
digitalización de la banca está aquí, y es un proceso absolutamente imparable.

Llevamos
ya años escuchando que grandes tecnológicas tienen puesto su punto de mira en
la banca, y es que, empresas como AppleBank, GoogleBank o FacebookBank pueden
ser una realidad en cualquier momento. De hecho, Facebook compró no hace mucho
meses una licencia de banca en Irlanda. Desde luego, todas estas empresas
tienen algo en común, que puede hacer mucho daño a la banca tradicional, si
esta no se mueve con decisión y rapidez (justo lo que ha demostrado BBVA con
este movimiento):
                * Tienen una base de potenciales
clientes enormes en todo el mundo.
                * Tienen la tecnología para dar
unos servicios excelentes en cualquier parte del mundo.

Medios
de pago, uno de los negocios tradicionales de la banca, y de hecho, de los más
lucrativos, lleva ya años sufriendo la entrada de competidores tecnológicos muy
buenos, y más baratos, como es el caso de Paypal, compañía que me encanta, con
unos servicios sencillamente extraordinarios (es impensable para
cualquier tienda online en EEUU o en Europa funcionar sin Paypal, sería como
tener caja registradora en los años 50).

¿Qué
pueden hacer los bancos? Adelantarse a este cambio, y hacerlo lo mejor, y sobre
todo, lo más rápidamente que puedan. ¿Pueden? Desde luego, es su negocio y
nadie sabe hacerlo mejor que ellos, lo que no tienen son los conocimientos
digitales,  y es ahí donde quiere meterse
de lleno BBVA. Lo dije en Gestiona Radio cuando anunciaron el nombramiento del
nuevo CEO, y lo vuelvo a decir, la diferencia entre BBVA y otro banco, es que,
cualquier otro banco, habría cambiado al Director de Sistemas para adaptarse a
la digitalización de su negocio. BBVA va mucho más allá, es consciente del
cambio tan fuerte que se avecina, y por ello, lo que cambia es su CEO, la
persona que va a poner en marcha el cambio interno, con la fuerza y el poder
suficiente como entrar con todo en esta nueva era de la banca. Me encanta.
Insisto, el ya ex-CEO ha tenido un papel importantísimo durante la crisis, y lo
ha hecho francamente bien, pero el paso a la digitalización es un cambio muy grande, y hace
falta alguien que conozca este campo, y que esté dispuesto a todo para colocar
a BBVA entre los primeros.

Francisco
González, Presidente de BBVA, lo tiene muy claro, y cito textualmente:
«Los bancos que no se adapten al cambio digital, se quedarán en el
camino». Totalmente de acuerdo Sr. Presidente, Vds. han sabido ver el
cambio que se avecina, y sobre todo, son conscientes que ya no compiten sólo
con otros bancos o entidades financieras, las aplicaciones también pueden ser
competencia, al menos en algunos segmentos, o negocios, tradicionalmente bancarios,
y hay que ponerse al día, y realizar los cambios necesarios para no quedarse
atrás. Otra cosa que me encanta de BBVA es que, su objetivo real no es no
quedarse atrás, su objetivo es liderar este cambio. Mucha suerte a este
grandísimo banco.Creo que la banca nunca fue tan divertida como lo es ahora, y
como lo será los próximos años.

A los españoles nos gusta la tónica y la cerveza

2013 fue un año muy duro para el
sector de las bebidas y de los refrescos. De hecho, en España el consumo de
bebidas sin alcohol cayó un 4%, teniendo en cuenta que España es un país muy
refresquero. ¿Por qué se dio está caída? El canal horeca ha sufrido muchísimo
desde el año 2008, y es que, aunque en España nos encante salir a tomar algo,
si no hay con qué pagarlo, difícilmente saldremos a tomar nada. Los ingresos en
términos reales se han visto reducidos para las familias españolas de una manera
muy severa, estos últimos 6 años, principalmente por dos motivos:
                1º.-
Descenso real en los salarios: España ha tenido que ganar competitividad para poder capear la crisis de la mejor manera
posible. Cuando esto sucedía en los años 80 y
90, se devaluaba nuestra divisa, la peseta, y, aunque nos empobrecíamos,
nuestros productos y servicios
eran más baratos, y exportábamos más. Además, éramos capaces de atraer inversión extranjera,
porque activos y profesionales también eran más baratos. Para el sector turístico era fantástico, porque
aumentábamos el número de turistas,
porque venir de vacaciones a España sale barato. Con el euro, los alemanes no han querido devaluar, y eso ha supuesto que
para ser competitivos, había que ser más baratos
en términos reales. Ha supuesto que nos paguen menos dinero por hacer lo mismo o más que antes.  A esto hay que añadir que el paro ha pasado
de un 9% a un 25%, lo que supone
que muchas familias, han dejado de tener nómina, directamente.
                2º.-
Subida de impuestos: el efecto para el consumo ha sido, digámoslo sin tapujos, devastador. Un país en el que
sus familias cobran menos que antes, y tienen que pagar más impuestos, supone que la renta disponible se reduce
significativamente. Es decir, tenemos
menos dinero disponible que antes para consumir, por lo tanto, consumimos mucho menos, o directamente, sobrevivimos.
¿Qué estamos bebiendo entonces en
España? Lo cierto es que los refrescos carbonatados, ya no son lo que eran y
cada vez se consumen menos, aunque siguen siendo un componente importante de nuestros hábitos. Entre los refrescos carbonatados, lo que más ha crecido ha sido la
tónica. ¿La tónica? Si, y es que, que el Gin Tonic se haya puesto de moda de
nuevo, con todas la variedades de ginebra y de tónica disponibles en el mercado
ha hecho que este refresco, no especialmente popular en España ha incrementado
sus ventas significativamente durante el pasado 2014; para que nos hagamos una
idea de este crecimiento, el consumo de tónica ha aumentado un 7% el año
pasado. ¿Quiere eso decir que se han acabado los refrescos de cola en España?
Es absoluto, estas cifras no pueden llevar a engaños. La tónica supone un
volumen de ventas en España de 125 millones de litros, mientras que los
refrescos de cola muestran unas cifras de ventas de 2.195 millones de litros.
¿Y la cerveza? La cerveza se ha
comportado fantásticamente, con un incremento en el consumo, en el año 2014, de
un 3%. Si lo comparamos con la caída del 4% de los refrescos de cola, es una
pasada, le ha ganado a este competidor por 7 puntos de diferencia. ¿Compiten
cerveza y refrescos? Por supuesto que sí. Se consumen en ocasiones muy
parecidas, y ya hay muchas cervezas que tienen un componente
«refresquero» importante, sobre todo, las que vienen con zumos de
frutas, las sin alcohol, etc. De hecho, la cerveza sin alcohol tiene cada vez
más cuota de mercado en España, por dos motivos principalmente:
                1º.-
Por los deportistas, es vista como una bebida más saludable que los
tradicionales refrescos de
cola, y lo cierto es que realmente es más sano beber cerveza sin alcohol que el clásico refresco
carbonatado cargado de azúcares.
                2º.-
Las campañas de tráfico, y sobre todo, las multas y la pérdida del carné hacen
que cada vez más, se busque
bebidas sin alcohol. España es un país muy cervecero, y pasarse de una cerveza de toda la vida, a una sin
alcohol, no es difícil.
               3º.-
Las cervezas sin alcohol disponibles en el mercado en estos momentos tienen una
calidad más que aceptable.

¿Qué ocurrirá en 2015? Las
perspectivas son buenas. Lo lógico es que, con la recuperación de la economía,
las familias españolas recuperemos esa sana costumbre de «salir a tomar
algo», y lo lógico es que el consumo de este tipo de bebidas se recupere.
Para ello, será clave, la recuperación de los sueldos de las familias, sobre
todo las perspectivas de futuro, y como se de la campaña turística.  

El impacto del dólar

A
los que fuimos niños en los años 80 y adolescentes en los 90, y españoles,
cuando nos tocaba viajar fuera, siempre sufríamos con nuestra añorada, para
algunos, peseta. No es que le tuviéramos manía a nuestra divisa, ni mucho
menos, pero, cuando tocaba comprar algo fuera de España, sobre todo cuando
íbamos a EEUU o a Reino Unido, todo se nos hacía aún más caro. Tener una divisa
débil, tiene muchas desventajas, ya que las importaciones salen sensiblemente
más caras, y se sufre todavía más los vaivenes en los precios del petróleo,
sobre todo cuando el precio sube. Eso sí, una divisa débil, o más débil que los
mercados con los que uno suele interactuar, tiene dos claras ventajas:
                1º.- La empresa es más
competitiva porque es más barata cuando exporta, de esto saben mucho en Japón, de hecho cada vez que
el dólar se deprecia, el yen va rápidamente
detrás, pero cuando el dólar sube su valor, el yen se lo toma con mucha calma.
               2º.- Cada ingreso realizado
fuera del país, al repatriarlo, tiene un valor muchísimo mayor, ya que al cambiarlo por la divisa
nacional, más débil, «cunde» muchísimo más.
Las
multinacionales (y las que no lo son también), estadounidenses están sufriendo
sobre manera el impacto del dólar. ¿Qué quiere esto decir? La confianza en la
economía de EEUU está en lo más alto, está creciendo de una manera casi
robusta, y ha dejado atrás por mucho tiempo la nefasta gran recesión que llevó
a la quiebra a su sistema financiero, y que casi acaba con la zona euro. A esto
hay que añadir que los emergentes se están desinflando, China no crece como
antes y es cuestión de tiempo que explote su burbuja inmobiliaria (explotará,
que nadie lo dude, cuanto más tarde lo haga, peor será), Brasil parece que
aguantará hasta las olimpiadas y poco después claudicará, y Rusia, y sobre todo
su divisa, no lo pasaba tan mal desde los años 90… Sólo India parece estar
aguantando, pero no es suficiente. La confianza que había en los emergentes ya
no es tal, y los inversores internacionales quieren volver a lo seguro y han
decidido apostar a caballo ganador, y EEUU siempre es un pura sangre por el que
apostar, por muy elevada que sea su deuda pública.
Esto
supone que el dólar se aprecia respecto a otras divisas, y, para los mercados
de capitales esto puede ser muy bueno porque el dinero fluye a toda velocidad
hacia los bancos estadounidenses, pero esta apreciación del dólar hace
muchísimo daño a los estados financieros de las multinacionales de EEUU. ¿Por
qué? Que se lo pregunten a los Departamentos de Consolidación, que en estos
momentos deben ser un mar de lágrimas en el país de Sam Adams. Al consolidar
las cifras de negocios de unidades de negocio y filiales en España, Francia,
Colombia, México, Japón, Chile, Malasia o Perú, se deben convertir todas las divisas
a dólares, y ahí, las cifras de negocio menguan, porque el euro, el yen, el
peso colombiano, el peso chileno y otras divisas, pierden valor, en palabras de
nuestras abuelas, el dinero que se ha hecho en estos países, cunde menos. Esto
es lo que se conoce como el riesgo divisa, y afecta a todas las multinacionales
del mundo. Cuando trabajé, en el año 2000 en Saint-Gobain, la compañía más
antigua de Francia (es anterior a la misma República), lo pude comprobar por mí
mismo. Al consolidar las cifras de negocio de países con divisas más débiles
que el franco francés se perdía valor. Como decíamos en el Departamento de
Consolidación en París, «todo un año de durísimo esfuerzo realizado por
nuestras filiales, para que se pierda un 5%, 10%, 15% o 20% de su valor al dar
a una tecla». Esto es precisamente lo que está pasando en EEUU y lo que le
está ocurriendo a muchas de sus empresas, como General Motor, Pepsi o P&G,
que están viendo cómo el efecto de la fluctuación en las divisas les está
afectando de una manera muy negativa. Algo muy parecido le ocurrió a H&M
entre los años 2010 y 2013, cuando, en plena crisis del euro, la corona sueca
se apreció y mucho frente al euro, lo que supuso unas cifras no muy halagüeñas
como grupo.
¿Durante
cuánto tiempo ocurrirá esto? Personalmente, siempre he creído que los
emergentes se desinflarían a base de un fortísimo estallido de la economía
brasileña en el año 2017, para ser más exactos, en el segundo trimestre, unos 8
meses después de las olimpiadas. Ahora ya no estoy tan seguro. Creo que lo que
ocurrirá es que los emergentes irán desinflándose, poco a poco, sin llegar al
drama, hasta las olimpiadas en Brasil del próximo año, 2016. Después de eso,
quien sabe, aunque, personalmente, veo difícil que los emergentes vuelvan a
crecer. Al menos en lo que respecta a China a Brasil, creo que tienen una
crisis inmobiliaria muy severa, que repercutirá de una manera muy negativa en
su economía, y esto tiene que aflorar, sea el año que viene, sea en el año
2017. Por ello, estimo que la fortaleza del dólar se mantendrá, al menos lo que
queda de 2015, y habrá que estar muy atentos a 2016, aunque, por ahora, nada
hace presagiar que esa fortaleza del dólar no se vaya a mantener durante el año
que viene y el siguiente, aunque, como he dicho, tendremos que estar muy
alertas.
En
lo que se refiere a la zona euro, en cuanto se hayan despejado las dudas sobre
Grecia, que seguramente termine llegando a un acuerdo con la Unión Europea, y
con lo se denomina ahora como «el grupo de Bruselas», y cuando las turbulencias
fuertes lleguen a los emergentes, verá como el euro se aprecia de nuevo, lo
que, será muy bueno para atraer capitales, pero no tanto para exportar ni para
atraer turistas. Por ahora, a España le interesa un euro débil, unos tipos de
interés bajos, y un precio del petróleo, y de la energía en general, bajo, y
eso es justamente lo que parece haber ahora, por fin. ¿Se mantendrá mucho
tiempo? Me temo que no, el precio del petróleo está subiendo de nuevo, y todo
parece indicar que llegará a los 60 dólares por barril a finales de este año.
Eso sí, un euro débil supone más exportaciones para la zona euro, y lo que
necesita ahora mismo Europa es exportar todo lo que pueda, reducir deuda
pública, estabilidad económica y política, y un mercado laboral que funcione.
Como
ya he dicho, habrá que estar muy atentos este año al comportamiento del dólar,
al de las economías emergentes, a las decisiones de la Reserva Federal y del
Banco Central Europeo, y, cómo no, al precio del petróleo. Hemos pasado en
Europa la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial (en el caso de
España, desde la Guerra Civil), y aunque parece que llega la calma, tendremos
algunas turbulencias aún, aunque comparado con lo que hemos pasado, peccata
minuta.