Juan Aitor Lago Moneo
Director del Departamento de Investigación
Constanza Business & Protocol School
Lo comentamos ya en nuestro videoblog en el mes de noviembre del recién terminado 2015, la economía china, y la de otros emergentes, lleva meses enfriándose. ¿Están sobreactuando los mercados? Puede ser, pero, lo cierto es que el miedo es un sentimiento que se mueve más rápido que la velocidad de la luz, y cuando hay miedo, el dinero tiende a moverse muy rápidamente hacia mercados / productos / inversiones que le den seguridad. Y eso es, precisamente, lo que parece estar sucediendo en China. Ya el verano pasado vimos como la economía china parecía que iba a estallar, y aún así, aguantó. Lo que estamos viendo es el final de un ciclo expansivo sin precedentes en la historia de China, y el comienzo de otro, que, desde luego, no será tan expansivo, y habrá que ver, aunque no habrá que esperar mucho, si el periodo que está comenzando es recesivo o no, aunque las perspectivas no son muy halagüeñas.
Lo he comentado antes en este blog, y también en el videoblog, siempre pensé que los mercados emergentes comenzarían a griparse a finales de 2016, tras los JJOO de Brasil, y terminarían por estallar en el segundo trimestre de 2017, aunque parece que todo esto ha comenzado hace ya algunos meses, en el segundo trimestre de 2015 de hecho. La economía china ya no es capaz de crecer como antes, principalmente porque la demanda interna, es decir, lo que consumen las familias y empresas chinas, no está tirando de la economía como antes, y esta tiene un tamaño tan endiabladamente grande, que las exportaciones no pueden soportar todo el peso de su crecimiento. Este es el motivo por el que Brasil ha entrado en recesión en el año 2015, sin duda, el año del final de su maravilloso crecimiento, que comenzara con el comienzo del presente siglo, y que se afianzase allá por 2003, cuando éramos jóvenes y guapos.
¿Aguantará China lo que queda de año? Es muy difícil prever lo que ocurrirá en China, en Brasil, parece algo más sencillo. El país sudamericano seguirá sufriendo lo suyo lo que queda hasta los JJOO, que es la única buena noticia que se espera en el país de la samba este año. Después, la verdad es que no hay buenas perspectivas para los últimos dos trimestres del año, y esto, guste o no, afectará a China, al igual que a otros emergentes. Como he dicho anteriormente, el dinero se mueve a la velocidad del miedo, y cuando Brasil dé claras señales de sufrimiento a largo plazo en el segundo semestre del año, la desconfianza llegará sin titubeos al resto de economías emergentes, al igual que sucediera con los mercados periféricos de la zona euro en el periodo 2009 – 2012. Pero, volvamos a la pregunta, ¿qué ocurrirá en China este año? Lo más probable es que, el primer semestre del año el mercado emergente por antonomasia aguante como buenamente pueda, con fuertes caídas de sus empresas en bolsa, y con su divisa devaluándose más de lo que querrían, no sólo EEUU, sino también las propias autoridades chinas.
George Soros ya ha apuntado que podemos estar ante el inicio de una nueva crisis. Estoy totalmente de acuerdo con el Sr. Soros, estamos ante el comienzo de una crisis, que afectará de manera irremediable a los mercados emergentes. Habrá que ver cómo reaccionan y qué ocurre en mercados como Rusia, India o México. Colombia y Perú se verán, desde luego afectados por lo que ocurra en Brasil, les guste o no, y lo mismo podemos decir de Chile y Argentina. Eso sí, hay diferencias importantes en estos últimos mercados:
* México: lo que ocurra en la economía mexicana dependerá, en gran medida, de la economía de EEUU, que dará buenos rendimientos, al menos durante los próximos cuatro años, en los que incluyo el presente 2016. Lógicamente sus mercados financieros se verán afectados negativamente por lo que ocurra en China y Brasil, pero la economía real debería funcionar adecuadamente, aunque ya veremos qué ocurre, es pronto para decirlo, pero insisto, México debería funcionar bien los próximos años, en lo que se refiere a su economía.
* Colombia: tendrá que mostrar que es un país sólido (que lo es), y que es capaz de sobrevivir a la relevancia que supone Brasil en su economía. No lo tendrá fácil pero el bajo endeudamiento de su Administración Pública, familia y empresas, debería permitirle cierto margen de maniobra, aunque, no nos engañemos, Colombia notará directamente el crack brasileño, de hecho, ya se está empezando a sentir.
* Chile: Chile está acostumbrado como país a salir adelante con independencia de lo que ocurra en su continente, y lo ha hecho siempre muy bien. No veo por qué en este caso vaya a ser diferente, si bien, por desgracia, se verá afectado por lo que ocurra en Brasil, tiene un sector empresarial suficientemente fuerte como para sobrevivir a lo que está por llegar. Insisto, los años 80 del siglo pasado no fueron mucho mejores.
* Argentina: el caso de Argentina es siempre particular. En este caso, también. El cambio en el gobierno ha animado sin duda las inversiones, sobre todo las extranjeras, como nunca antes en el presente siglo, y las expectativas de los propios argentinos, familias y empresas, también han mejorado. ¿Estará Argentina afectada por lo que ocurra en Brasil? Sin duda, y la verdad es que no le viene nada bien ahora que comienzan una serie de medidas de liberalización de la economía, que es precisamente lo que necesitaba Argentina como agua de mayo. Sin embargo, creo que su economía será capaz de generar suficiente confianza si finalmente el gobierno lleva a cabo los cambios que los propios argentinos le han pedido.
Parece por tanto que se están cambiando las tornas, y que la crisis que entre 2008 y 2013 afectó duramente a los mercados norteamericanos y europeos se ha trasladado hacia los mercados emergentes, si bien, no se trata en este caso de crisis financiera, si no, más bien, de un agotamiento de economías a todo gas que terminan por griparse. En el caso de China y Brasil puede que se produzca, además, otra crisis extra, cuyo origen parece encontrarse en el sector inmobiliario. De esto tenemos mucho que decir irlandeses y españoles, que las hemos tenido como pocos y que sabemos cómo empiezan y cómo se desarrollan. ¿Estará a punto de estallar una burbuja inmobiliaria en China y en Brasil? No lo deseo en absoluto, pero, me temo que falta muy poco tiempo para que lo veamos, este año va a ser muy interesante, y muy movidito, aunque, la verdad es que, desde que quebrara Lehman Brothers en septiembre 2008, no he conocido un año tranquilo.