La Infanta Doña Elena ha cumplido 50 años

El pasado 20 de diciembre, uno de los miembros más
apreciados y valorados de la Casa Real Española, cumplió cincuenta años. Se
trata de la Infanta Doña Elena, hija mayor de D. Juan Carlos y Dña. Sofía. Madre
de dos hijos, gran deportista (disfruta de la vela, el esquí y la equitación
habiendo demostrado en repetidas ocasiones que es una jinete de excepción),
universitaria (tiene el título de Profesorado de Educación General Básica y
licenciada en Ciencias de la Educación) y ante todo española, hagamos un
pequeño retrato de su vida.
Doña Elena María Isabel y Dominica de Silos de Borbón y
Grecia, nació el 20 de diciembre de 1963 en Madrid, siendo sus padrinos de
bautizo la Condesa de Barcelona (su abuela paterna), y el Infante don Alfonso
de Orleáns. A pesar de ser la primogénita de los reyes, nunca ha estado en
lugar preferente para heredar la corona española, ya que cuando vivió en
directo la proclamación de D. Juan Carlos como Rey de España siendo ella una
niña de doce años, su  hermano, el
Príncipe Felipe, ya había nacido.

Y en España, hoy por hoy según se detalla en nuestra
Constitución, existe preferencia del varón sobre la mujer para reinar.


La infanta nos ha regalado momentos entrañables, como cuando
derramó lágrimas al ver desfilar al Príncipe Felipe como abanderado olímpico en
el año 1992, o como cuando olvidó pedir consentimiento a su padre antes de dar
el “sí quiero” a don Jaime de Marichalar el 18 de marzo de 1995.

Desde su boda con don Jaime, se vio una gran evolución en su
vestuario, convirtiéndose en una mujer francamente elegante. Todos recordamos
la pamela que lució el día de la boda de 
su hermana la Infanta doña Cristina o el traje con aire goyesco que
lució en Estocolmo con motivo de los esponsales de la princesa Victoria de
Suecia, por citar alguno de sus atuendos más aplaudidos.

El 13 de noviembre del año 2007, la casa real española
anunció su separación “el cese temporal de la convivencia”, y posteriormente el
21 de enero del 2010 se confirmaría su divorcio. Tras estos duros momentos, la
infanta ejerce de amorosa y responsable madre de sus dos hijos, Felipe Juan
Froilán de Todos los Santos, y Victoria Federica. Luce como nadie los colores
de la bandera española, y no duda en presumir de los mismos siempre y allá
donde puede.

Desde el año 2008 colabora con la Fundación Mapfre,
trabajando como Directora de Proyectos culturales y sociales, y es Presidenta
de Honor del Comité Paralímpico Español desde el año 1995.
Hemos realizado un pequeño retrato de nuestra Infanta, Doña
Elena, quien desde hace dos años nos priva de su felicitación navideña,
siguiendo el último protocolo establecido en palacio desde donde han
establecido que el núcleo de la Familia Real española son los reyes, los
Príncipes de Asturias y sus hijas. En cualquier caso, y aunque figure menos en
actos protocolarios, seguro que en su corazón nos felicita las fiestas y desea
lo mejor para España y los españoles.

Desde Constanza Business & Protocol School deseamos a la
Infanta un muy feliz cumpleaños y le deseamos una muy ¡Feliz Navidad!

La Reina Dña. Sofía cumple 75 años

Tanto se ha escrito acerca de Dña.
Sofía, Reina consorte de España, que no mucho más se puede añadir a su
biografía oficial; sin embargo, vamos a intentar desvelar algunas curiosidades
menos conocidas. Esposa, compañera, madre, abuela, y ante todo Reina, nuestra
querida Dña. Sofía, cumple hoy, 2 de noviembre, 75 años. Su vida, y su papel de
consorte al frente de una institución fundamental para los españoles, como es
la corona, ya forman parte de la historia.

De origen griego, nació en el
Palacio de Tatoi en Atenas en el año 1938. Sus padres, los entonces Príncipes Pablo
de Grecia y Federica de Hannover, tenían pensado ponerle de nombre Olga. Se
anunció su nacimiento mediante el repicar de las campanas del palacio, y ante su
llamada el pueblo griego acudió a las puertas del mismo coreando “Sofía, Sofía”
de manera incesante. Ante la petición de su pueblo, y casi a manera de presagio
de lo que en un futuro sería su labor de servir a sus gentes, finalmente adoptó
este nombre.
En su árbol genealógico se cuentan dos
emperadores germanos, ocho reyes de Dinamarca, cinco reyes de Suecia, siete
zares de Rusia, un rey y una reina de Noruega, una reina de Inglaterra y cinco reyes
de Grecia. Impecable ascendencia para quien ha sabido desempeñar de manera
exquisita su labor al frente de la corona española.
Parte de su niñez la vivió en el
exilio junto a sus padres y sus dos hermanos: El entonces príncipe Constantino,
posterior Rey Constantino II de Grecia, y su hermana e inseparable compañera,
la princesa Irene, princesa, al igual que lo fueron sus hermanos, de Grecia y
Dinamarca por provenir de la casa Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg.
Como si de la novela de Fernando de
Rojas se tratase, su madre, la ya Reina Federica, actuó de celestina
organizando un crucero en el año 1954 para que todos los príncipes y princesas
reales de Europa se conocieran. Fue en esta travesía donde conoció al entonces
Príncipe Juan Carlos de España. Ambos contaban 15 y 16 años de edad
respectivamente. 
Apenas tres encuentros más, desembocaron en un noviazgo que
comenzó en la isla griega de Corfú y en la boda que se celebraría en Atenas
bajo dos ritos, el católico (en la catedral católica de San Dionisio
Aeropagita) y el ortodoxo (en la catedral metropolitana de la Anunciación de
Santa María), el 14 de mayo de 1962. La pedida de mano del Príncipe Juan Carlos
fue especialmente original, ya que la propia reina reconoció que le lanzó la
alianza de compromiso con un “cógelo, Sofi”. Y al igual que le ocurriría a su
hija la Infanta Dña. Elena el día de sus esponsales con D. Jaime de Marichalar,
antes del “Sí, quiero” (Ne Theló), olvidó pedir consentimiento a su padre, y
rompió a llorar.
Su boda, fue aprobada por todas las
casas reales europeas, así como por Franco, quien no estuvo presente en la
misma pero mandó una representación militar al evento. Siguiendo la costumbre
de la época, el menú nupcial se escribió en francés, y consistió en un entrante
de cócktail de langosta, seguido de suprema de ave a la manera del chef,
verduras, foie-gras a la gelée, ensalada, helado de moka y frutas.
El resto de su historia, ya es de
todos conocida: su llegada a España junto al Príncipe Juan Carlos instalándose en
el Palacio de la Zarzuela, el nacimiento de sus tres hijos, la Infanta Dña.
Elena, la Infanta Dña. Cristina y el Príncipe D. Felipe. Su ascensión a reina
consorte de España el 22 de noviembre de 1975 y su trayectoria al lado de su
marido representando a la corona española.
Una vida ejemplar, para una figura
especialmente apreciada y querida por todos los españoles. Desde Constanza
Business & Protocol School deseamos a S.M. un muy feliz cumpleaños.

El Protocolo de los Premios Príncipe de Asturias

Los Premios Príncipe de Asturias se
crearon en el año 1981 y hoy en día su ceremonia de entrega se ha convertido en
un acontecimiento de interés internacional por la aportación que suponen al
patrimonio cultural de la humanidad. Se entregan ocho categorías: Artes,
Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Cooperación Internacional,
Investigación Científica y Técnica, Letras, Deportes y Concordia.
Desde su comienzo, la entrega de
los premios ha supuesto importantes retos a sus organizadores desde el punto de
vista de protocolo. Salvados, eso sí, de manera excelente. Vamos a analizar en
este post, uno de ellos.
El heredero a la corona española,
S.A.R. el Príncipe de Asturias, es el encargado de entregar estos premios que
llevan su nombre, y como tal, todos los años se desplaza a la ciudad de Oviedo
y más concretamente al Teatro Campoamor, en su día grande. Siempre lo ha hecho
acompañado de su madre, S.M. la Reina Dña. Sofía, y en los últimos años también
de su esposa Dña. Letizia.
Los Premios los convoca la
Fundación Príncipe de Asturias, y el Príncipe Felipe es su Presidente de Honor,
lo que lo convierte en anfitrión del acto y responsable de entregar los premios
que llevan su título. Sin embargo, si se sigue el Real Decreto de Precedencias
del Estado 2099/83, la Reina tiene precedencia sobre su hijo el Príncipe
heredero, con lo que la presencia de la Reina en la tribuna presidencial,
dejaría a su hijo en un segundo lugar.  
¿Cómo salvar este problema? Año
tras año, los organizadores del acto actúan del mismo modo: la Reina no puede
situarse en la mesa presidencial junto a su hijo. ¿Dónde colocarla entonces? No
se trata de una simple invitada. Se opta pues, por otorgarle un lugar de honor
entre los invitados. La Reina, preside el Palco Real del Teatro Campoamor,
dejando encabezar la mesa presidencial a su hijo, que ejerce de anfitrión de
los premios.

El protocolo y la organización de
la ceremonia, como cada año, ha conseguido una puesta en escena estupenda y
perfecta. Ahora queda a los periodistas y seguidores de tendencias analizar si
el vestido de nuestra princesa fue más o menos bonito o si su peinado fue más o
menos acertado.

Desde Constanza Business &
Protocol School felicitamos a la Fundación Príncipe de Asturias así como a
SS.AA.RR. quien un año más no nos han defraudado en su gran día.